Fidel Castro siempre mostró desconfianza sobre el acercamiento estadounidense. Poco después de que Raúl Castro, su hermano menor, anunció en enero de 2015 que él y Barack Obama habían restablecido relaciones, Fidel dijo: “Yo no confío en EEUU.”.
Después de que el Sr. Obama visitó La Habana en 2016, Fidel afirmó de nuevo su opinión. El líder revolucionario retirado de 89 años de edad se quejó en un artículo en el periódico sobre cuántos episodios en la historia de Cuba estaban repletos de violencia inspirada por EE.UU., y que Cuba no tenía nada que aprender de EE.UU. “No necesitamos que el imperio nos regale nada”.
Hoy, ocho semanas antes de que Donald Trump sea inaugurado como el presidente de EE.UU., las palabras del Sr. Castro, quien murió el viernes, tal vez se vuelvan realidad. Esto se debe en gran parte a que, aunque al Sr. Trump no le importa mucho lo que suceda en la isla, hay un grupo de republicanos opuestos al acercamiento, para quienes Cuba es muy importante.
“Creo que habrá un retroceso significativo de la política con respecto a Cuba bajo el Sr. Trump, a pesar de que la isla y las implicaciones estratégicas de las relaciones entre Cuba y EEUU no tienen mucha importancia desde su punto de vista”, dijo Frank Mora, un exsubsecretario asistente de defensa, quien dirige el Centro Kimberly Green de Estudios Latinoamericanos en la Universidad Internacional de Florida.
“El Sr. Trump tiene cosas más importantes que hacer... así que delegará la responsabilidad de Cuba a aquellos en el gobierno para quienes Cuba es importante. De esa manera ganará favores políticos de su parte, ya que han anunciado públicamente que hay que cambiar la política con respecto a Cuba”.